-Parque Natural de Peñalara-
Durante toda la semana sobrevolaba sobre mi cabeza una idea que no podía aplacar, y esta no era otra que subir a Peñalara y vivaquear en el techo de
Así pues, después de pasar una mañana de sábado en la biblioteca huyendo del riguroso calor estival y tratando de preparar los inminentes exámenes decido a media tarde subir a Cotos desde donde comenzaría mi breve ascensión a Peñalara en solitario. Los primeros tramos de la subida están prácticamente desfigurados, escasas son las piedras en el camino, -algo que me disgusta sobremanera, ya que parece que quieren quitar cualquier atisbo de dificultad natural a una ya de por sí sencilla ascensión-.
La segunda parte de la ascensión es algo más entretenida pero igualmente sencilla. Una vez arriba las vistas de la meseta, del Valle de Valsaín y del Valle de Lozoya son un auténtico placer para los sentidos. Al poco de hacer cima un hermoso macho cabrón me hace compañía, al que no dudo en retratar no sin algo de envidia por mi parte, libertad en estado puro, -me digo-, aunque un poco domesticado, todo sea dicho.
Después de contemplar uno de los más bellos atardeceres que estos ojillos hayan podido disfrutar conoceré a Alejandro que sube con dos amigos donde compartiríamos impresiones y algunas gaseosas, serían sobre las 22:00 y el viento del norte empezaba a hacer daño, así pues mis nuevos amigos deciden descender y yo preparar el lugar elegido para el descanso.
Duermo en una repisa, cara al este con todo el Valle de Lozoya a mis pies, algo refugiado del viento del norte pero claramente expuesto, a pesar de ello, la temperatura era ideal y las vistas desde mi cama eran espectaculares, -difíciles de olvidar-. Después de arroparme con las privilegiadas vistas del orbe celeste duermo profundamente sabiendo que por la mañana sería testigo de un nuevo espectáculo, que no era otro, que gozar del amanecer en toda su dimensión y prácticamente sin moverme del saco.
El placer de la mañana es tal que paso horas mirando el alba y los colores verdes, rojos y azulados que se forman en el horizonte, la claridad va ganando terreno al cielo hasta que por fin el gran astro rey hace aparición completando la maravillosa secuencia natural y dando inicio a un nuevo y prometedor día.
A estas horas en mi mente únicamente rondaba la idea de conocer, por fin, el Risco de los Claveles. Así pues, después de desayunar y con la compañía de Juan nos dirigimos a disfrutar del aéreo paso de los claveles y de sus impresionantes vistas.
Charlando amistosamente con Juan recorremos el circo de Peñalara hasta llegar de nuevo a Cotos donde nos separaríamos no sin antes volver a emplazarnos cuanto antes para una nueva escapada.
Y, así, daba por terminada una breve y sencilla salida al monte, aunque esta, guardaba algunos maravillosos secretos que una vez descubiertos resultarán difíciles de olvidar.
7 comentarios:
Lo que hacen algunos para poder dormir por la noche !!! En Madrid imposible dormir por el calor. :-)
Fuiste buscando el mejor aire "acondicionado" a condición de subir una montaña y disfrutar de una atardecer y una amanecer de lujo, yo esta avenura la tengo pendiente pero creo que dormire en la laguna de los pájaros.
MAGNIFICA CAMA, EL ANOCHECER DESDE NUESTRO PEÑALARA ES INOLVIDABLE.
BONITO BLOG, YO EL CICLISMO DE MONTAÑA LO ABANDONE HACE AÑOS, MI IMPERICIA ERA MAS QUE NOTABLE Y DOLOROSA. EN FIN, UNA LÁSTIMA YA QUE ES UN DEPORTE QUE ME ENCANTA.
UN SALUDO MONTAÑERO.
http://enriquemonte.blogspot.com/
http://gradoinfimo-enriquemonte.blogspot.com/
Bonitas fotos. Un lugar bonito para hacer una escapada.
Increíbles tus noches serranas. Voy a tener que amanecer contigo en más ocasiones... jeje.
Amigo, no dejas de sorprenderme!
Esa claro, que salir a rodar contigo es vivir una experiencia nueva y como no gratificante..Aixxxxxxxxx este Edu
Edu, eres la leche. No cambies nunca y a ver si en alguna de estas me escapo contigo!!!
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