25 de noviembre de 2007

Fuenfría-Cotos-Fuenfría

Un día espléndido, grupo de tres formado por Antonio, Pablo y un servidor, salimos hacia el alto de la fuenfría,-día que hacía especial honor a su nombre- coronamos.
Mole con problemillas decide regresar por sus própios pasos. Pablo y yo no reparamos en más intenciones que continuar con nuestro propósito-ya conocido-Decidimos adentrarnos en el camino Smicht, nuestra primera sorpresa del día- muy grata debo decir- el camino tiene entre 5 y 10 cm de nieve, algo de hielo y su compañera ...el frío.
Nos adentramos (todo un auténtico espectáculo) y salimos a unos remontes en el lado occidental de Navacerrada, tomamos dirección a la misma,- debo haceros saber que por momentos, dedos de pies y manos parecían elementos inútiles que no respondían a las órdenes mandadas por nuestra voluntad-llegamos al camino de bola y decidimos muy acertadamente posponer nuestro periplo, he de decir que: francamente era casi una temeridad.
Tomamos direccion Cotos, no sin antes subir a Valdesquí, para desde allí, conjurarnos que cualquier día de estos, tomaremos ese u otro camino que desciende por la loma, (dicho queda.). Nos preparamos para lo que será un descenso de altura, -el camino viejo del paular-descenso que tanto por la dureza del terreno como por las demenciales condiciones térmicas, hacían del tubo, un verdadero descenso a los infiernos- por otro lado, era lo que andábamos buscando incasablemente-.
Una vez abajo nos tomamos un breve descanso en la fuente de la reina, auténtico regalo que nos da el día con unos breves y débiles rayos de sol, se agradece escuchar el correr del agua, -hasta ese momento todo él líquido se había mantenido en estado sólido, incluido el que portábamos sobre nuestros hombros-.Conducidos por el GR nos deleitamos con el paisaje, intercambiando impresiones y demás, y, he de decir que también con la temperatura, hasta ahora auténtico frente de batalla...ya, nuestro aliado.
Imagino que este camino lo conocéis, por tanto también su exigencia, enlazamos con la calzada romana y contemplamos desde allí el discurrir del día bajo nosotros, puesto que desde allí se aprecia toda la ruta realizada, un sensación de alegría nos invade, casi hemos completado nuestro objetivo.Alcanzamos, de nuevo, el alto de la fuenfría, -nos sentimos como en casa-, en ese momento se nos pasa por lamente la idea de hacer el descenso del mirador de Vicente Alexandre, no lo dudamos y vamos a él, como los críos se abalanzan a los brazos de sus progenitores, no podemos evitarlo está en nuestra naturaleza,-nos decimos-.
Finalmente llegamos a Cercedilla, satisfechos, pero sabiendo que cualquier otro día deberemos completar la ruta que hoy, en su parte más dura, la montaña nos ha negado.