23 de agosto de 2009

Peñalara y Los claveles


-Parque Natural de Peñalara-


Durante toda la semana sobrevolaba sobre mi cabeza una idea que no podía aplacar, y esta no era otra que subir a Peñalara y vivaquear en el techo de la Sierra de Guadarrama, buscando sentir de nuevo en mi rostro el inconfundible vientecillo de la libertad.


Así pues, después de pasar una mañana de sábado en la biblioteca huyendo del riguroso calor estival y tratando de preparar los inminentes exámenes decido a media tarde subir a Cotos desde donde comenzaría mi breve ascensión a Peñalara en solitario. Los primeros tramos de la subida están prácticamente desfigurados, escasas son las piedras en el camino, -algo que me disgusta sobremanera, ya que parece que quieren quitar cualquier atisbo de dificultad natural a una ya de por sí sencilla ascensión-.


La segunda parte de la ascensión es algo más entretenida pero igualmente sencilla. Una vez arriba las vistas de la meseta, del Valle de Valsaín y del Valle de Lozoya son un auténtico placer para los sentidos. Al poco de hacer cima un hermoso macho cabrón me hace compañía, al que no dudo en retratar no sin algo de envidia por mi parte, libertad en estado puro, -me digo-, aunque un poco domesticado, todo sea dicho.


Después de contemplar uno de los más bellos atardeceres que estos ojillos hayan podido disfrutar conoceré a Alejandro que sube con dos amigos donde compartiríamos impresiones y algunas gaseosas, serían sobre las 22:00 y el viento del norte empezaba a hacer daño, así pues mis nuevos amigos deciden descender y yo preparar el lugar elegido para el descanso.


Duermo en una repisa, cara al este con todo el Valle de Lozoya a mis pies, algo refugiado del viento del norte pero claramente expuesto, a pesar de ello, la temperatura era ideal y las vistas desde mi cama eran espectaculares, -difíciles de olvidar-. Después de arroparme con las privilegiadas vistas del orbe celeste duermo profundamente sabiendo que por la mañana sería testigo de un nuevo espectáculo, que no era otro, que gozar del amanecer en toda su dimensión y prácticamente sin moverme del saco.


El placer de la mañana es tal que paso horas mirando el alba y los colores verdes, rojos y azulados que se forman en el horizonte, la claridad va ganando terreno al cielo hasta que por fin el gran astro rey hace aparición completando la maravillosa secuencia natural y dando inicio a un nuevo y prometedor día.


A estas horas en mi mente únicamente rondaba la idea de conocer, por fin, el Risco de los Claveles. Así pues, después de desayunar y con la compañía de Juan nos dirigimos a disfrutar del aéreo paso de los claveles y de sus impresionantes vistas.


Charlando amistosamente con Juan recorremos el circo de Peñalara hasta llegar de nuevo a Cotos donde nos separaríamos no sin antes volver a emplazarnos cuanto antes para una nueva escapada.


Y, así, daba por terminada una breve y sencilla salida al monte, aunque esta, guardaba algunos maravillosos secretos que una vez descubiertos resultarán difíciles de olvidar.

Peñalara y Los claveles

Subiendo a Peñalara.

Bola del Mundo y Loma del Noruego.

Cabezas de Hierro.

Rascafría y Valle de Lozoya.

Peñalara 2429 m.

Peñalara y Los claveles

Etéreo por momentos.


Machos cabrones.




Sencillamente feliz.


Peñalara y Los claveles

Anocheciendo en la meseta.


Y amaneciendo en lo alto de Pañalara.

Un amanecer de auténtico lujo.

Peñalara y Los claveles

¡Tremendo espectáculo!



Risco de los claveles.

Con Juan en los Claveles.

Peñalara y Los claveles

Laguna de los Pájaros.


Disfrutando a tope.

Valle de Valsaín.

Circo de peñalara.

4 de agosto de 2009

Noche en La Pedriza

El Sábado pasado quedé con Juanma y Feria para dar una vuelta en bici por la zona de Soto del Real, la ruta que hicimos exactamente fue: Soto-Morcuera-Canencia-Morcuera y Hoya de San Blás, una ruta de unos 60 km. con unos 1800 m. de desnivel positivo.

Fue una ruta muy divertida con rampas de cierta dureza, pistas suaves las de Canencia y una Hoya de San Blás que después de 50 km. tiene dos rampas que pueden complicarte un poco la vida si has apretado demasiado anteriormente y, por último, un sendero el "Del Peligro" que es un auténtico espectáculo al igual que peligroso, con giros de casi 180 grados lleno de árboles, raices, piedras y tierra muy, muy suelta -sendero técnico donde los halla-.

Pues en esas estaba el Sábado cuando se me ocurre la feliz idea de subir el Domingo y hacer noche en "La Pedriza", buscando, poder seguir disfrutando de la natura de esta parte de la Sierra, ya que, una mañana me sabía realmente a poco aunque me lo pasé en grande junto a los dos monstruos que me acompañaban.

Así pues, cuando llego a casa el Sábado llamo a Marcel y le propongo el plan: baños en las pozas de "La Pedriza", algo de senderismo y vivaquear en algún bonito rincón de la sierra y el lunes por la mañana bajar de nuevo a Madrid para cumplir con las respectivas obligaciones.

Y así lo hicimos, disfrutando a tope de cada momento del día y de la noche, todo un lujo que espero pueda/podamos repetir en breve.

Al final la marcha, calculo que sería de unas 4/5 horas (ida) con un desnivel de 700/800 m. positivos.

Y, como siempre, despertarme en medio de la montaña, junto a algún que otro Corzo y Buitre Leonado, provoca en mi estado de ánimo una fuerte descarga de endorfinas que espero duren hasta el próximo fin de semana.

¡Saludos!

Eduardo.

Noche en La Pedriza

Dejando atrás ls baños en La charca verde y ascendiendo al Collado Cabrón.

Marcel cavilando.


Próximo destino: Collado de la dehesilla (1453m.)

Noche en La Pedriza

Collado y refugio Giner de los Ríos.

Las Torres de la Pedriza.

Las Torres y el Pájaro a la derecha.

Arriba, viendo la vertiente de la Hoya de San Blás.

Noche en La Pedriza

Autorretrato.

Impresionantes figuras.

"El descanso del guerrero"


Noche en la Pedriza

Espectacular mole granítica.


Un cabrón, un poco curioso.


Viendo el amanecer desde la cama.

Noche en La Pedriza

Nuestro amigo nos acompaña con las primeras luces.



El circo posterior de la Pedriza.

Descendiendo y, ya, echando de menos la sierra.